cadáveres (más que) exquisitos
la gelatina me llama
y las gotas narran nuestra historia
la lengua en cada poro salado
y llueve
sonríes, me sonríes, te derrites, me calcinas
y tu risa,
y mi risa...
y las ganas de hacer con nosotros un lunar
en el cuerpo de la tierra
porque me gusta la sinfonía de tus besos
y desde hoy las gotas son la evidencia,
el punto final de esta historia.
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la noche de mi cuerpo me da pavor
dos ojos de mantecado saben bien
la mano, ojo del tacto,
nos construye el puente de miradas
en tus manos de jaula dulce
la luna se disfraza de cadáver
para estirarnos los labios
hasta el beso
con sol, me roza tu barba alada
entonces la música nos desconecta
y tu aliento de plomo azucarado me despierta.
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el agua nos conduce
hace de nuestros cuerpos vibra
y eco musical de noche muda y fría
por cada cristal, un beso blando como nuestra luna
la luz se estira
y nos traspasa la gota del recuerdo
puedo estar la noche entera
cruzando puentes de pupilas silenciosas
y los coquíes se masturban
antes del diluvio
y vuelve a empezar
como la machina de nuestra feria.
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cruzas la puerta con tus dientes
y la marca de tu olor
es el suspiro... la lluvia
de los cuerpos comenzó
y tu lengua que se asoma
entre los cojines de tu abecedario
yo decido ser el cristal
donde se guardan las historias
de mi pueblo... la verdad
de todo hombre muerto
desenvaino la espada de tinta
y te atravieso las estrellas
y como todas las noches anteriores
soñaré que tu mano
busca globos para nuestro vuelo.
-Autores: Pablo Arroyo León
y Rubén Rolando Solla
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