En el andén



Suspendida,
como un péndulo.
Las alas extendidas de la culpa.

Flotando
sobre tu desenlace.

Suspendida.
Sólo un rizo te mantiene despierta.

Rota,
con el pecho quebrado
entre tu amor y tu infortunio.

Vuelas, Ana
sobre sus ojos pardos.
Sientes el suspiro
de la muerte tras tu oreja.

Suspendida,
ninfa ultrajada
que ha perdido la senda.

Llegas marchita
al andén de tu despedida.

Suspendida,
tu amor, un péndulo inerte
detenido entre dos senderos.

Flotas
como si pesaras lo que pesa
un pétalo de aquella luna.

Te inclinas, resignada,
quebrada en aquel mapa de hielo.

Suspendida de un suspiro
va la noche esperando tu regreso.
Tiemblan tus manos,
toda tú, tiemblas.

Tiembla el beso trunco
de aquel amanecer sin lumbre.
La asfixia de ese preludio de amor
que llegó en un tren
donde hoy muere tu olvido.

Suspendida,
te dejas caer como el otoño.

Y ya no vuelas.



Comments

Unknown said…
OMG, Pablo, Que belleza. Madre te admira inmensamente.

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