Mientras dormías

El globo se posa
en el vórtice de tu espalda.
Los secunderos se columpian
en medio de tus pestañas
de niño, de hombre, amante.

No escondas el negro.
Déjame arroparme con su manto.

Juegas, niño hecho de hojas,
en el blanco de tus bucles salados.

Incéndiame tú, mi niño,
sol de océanos que me bautizan.

Vik, vik, vik...
gotas caen,
fierros suenan,
miradas pulsan
y ahí estás.

Todo tú para mí,
todo yo para ti.
Todo el fuego,
toda la noche en nosotros.

Comments

Popular Posts