Réquiem a las 2AM

Llegué,
tiré las llaves,
me tiré, te tiré,
nos tiramos,
tratando de estirarnos
adonde no alcanzan infinitos,
hasta que mi esfínter
no se abrace a tus pisadas.

Me tiré
sobre la tela de tu escalón,
entre el frío de los pliegues
que devuelven otros nombres.

Me tiró
un suelo con rodillas incrustadas,
en huídas auguradas,
por tequieros camuflados
entre mi mano y tu nariz.

Me entinté
los dedos tratando de nombrarte
con los oídos en tu galaxia
de lunares extraviados,
perdidos, enviciados.

Me tiré
sobre esta letra
que no es más que un intento
por vomitar la despedida
que ensayamos para ti.

Comments

Unknown said…
Bella union del amado y la escritura.

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